La lavadora
La lavadora parece el lugar más limpio del mundo y, sin embargo, frecuentemente no lo es y, por culpa de ello, desprende malos olores. Y es que la propia lavadora también hay que limpiarla. El principal causante del mal olor está provocado por la humedad que se concentra en su interior al dejarla cerrada. Pero también puede ser debido a que no se ha limpiado la goma o el fltro.
¿Cómo evitarlo? Deja la puerta abierta después de cada lavado, seca el interior del bombo y de la goma de la apertura y déja la puerta abierta para que se ventile.
El lavavajillas
Con el lavavajillas pasa tres cuartos de lo mismo. Su ambiente cálido y húmedo es el paraísso del moho y otros agentes patógenos. Pero a la acumulación de humedad se le suma la presencia de restos de comida que pueden estar descomponiéndose… Quizás de ahí provenga ese desagradable olor que buscas y que aumenta cuando acercas la nariz a su interior.
¿Cómo evitarlo? Regularmente, haz un ciclo de lavado en seco y vacío para limpiar el interior, incluida la canasta de cubiertos, el filtro, los paneles y la junta de la puerta. Y revisa periódicamente el filtro. Y uno de los trucos de limpieza caseros que va muy bien para quitar el mal olor tanto en el lavavajillas como en la lavadora es añadir al lavado medio vaso de colutorio o enjuague bucal.
El horno y el microondas
Otro de los errores de limpieza que solemos cometer en la cocina es ni mirar el interior del horno y el microondas, que suele estar sucio y provocar malos olores.
¿Cómo evitarlo? Para mantenerlo a raya de suciedad y malos olores, pon papel de horno y de plata en lugar de hornear directamente sobre las bandejas. Y utiliza la campana protectora del microondas para evitar salpicaduras cuando calientes la comida.
La despensa o la nevera
¿Cuánto hace que no revisas los alimentos que guardas en la despensa o la comida que te ha quedado arrinconada en la nevera? Es otro de los focos más comunes de los malos olores.
¿Cómo evitarlo? Revisa la fecha de caducidad de los alimentos. En plan Marie Kondo, coloca en primera línea o más a mano los de consumo prioritario. Y haz una un repaso y una limpieza general de la nevera semanalmente (puedes aprovechar cuando haces la compara semanal) y al menos una vez al mes la despensa.