Tipos de sal y sus usos en la cocina

La sal o cloruro sódico es uno de los condimentos más usados en nuestra cocina. Consumida en cantidades adecuadas es necesaria para que nuestro organismo funcione de manera correcta (no más de 2 gramos diarios), aunque lo cierto es que tendemos a consumir más de lo que nuestro cuerpo necesita, debido a que ingerimos también alimentos que ya en sí mismos llevan sal.


Entre las sales con más presencia en el mercado hay que distinguir, por su origen, la sal marina, que se obtiene por evaporación del agua de mar, y la sal gema o de roca, que procede de la extracción minera. Del proceso de refinado de estas sales se obtiene la sal de mesa que solemos consumir.


En el mercado vamos a encontrar como sal de uso común esa sal refinada en sus versiones de sal fina y sal gorda o gruesa, pero entre las sales existen hoy en día muchos tipos y clasificaciones en función de su tratamiento (sal refinada, no refinada), su procedencia geográfica o extractiva (de roca, marina, sal del Himalaya, flor de sal), su sabor (sales aromatizadas como la sal de apio, ahumada…), su color y hasta su grado de humedad.

Aquí tenéis información sobre los tipos de sal y sus usos en la cocina.

Sal refinada, común o de mesa

Esta es la sal que habitualmente usamos en la cocina. Es la sal tratada químicamente para obtener una mayor pureza y mejorar las ventajas de uso y conservación. El tratamiento químico es lo que hace que tenga un color blanco uniforme. Se les suele añadir yodo o flúor porque en el proceso de refinado se pierden muchos minerales.

Sal no refinada ó marina

Es más rica en sodio y cloruro, algo que nuestro organismo necesita en su medida. También contiene potasio, calcio y magnesio. Su procedencia son las salinas y no llevan ningún tipo de tratamiento. Su color es más bien gris pálido, debido a que contiene algas marinas. Es más beneficiosa para la salud que la sal refinada.



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